Causas del linfedema

El linfedema puede ser causado por diversas condiciones que afectan el sistema linfático, incluyendo causas genéticas o lesiones adquiridas, ya sea por cirugía, radioterapia o lesiones traumáticas entre otras. La causa más frecuente globalmente son las cirugías, sobre todo la extirpación de los ganglios linfáticos durante el tratamiento del cáncer, aunque también puede ser debido a tratamiento con radioterapia o a lesiones traumáticas.
Pierna con linfedema

Tipos de linfedema

Existen 2 tipos de linfedema: primario y secundario, los cuales tienen causas diferentes.
A continuación te explicamos en qué consisten estos dos tipos de linfedema:

Linfedema primario

El linfedema primario es causado por alteraciones (mutaciones) en genes responsables del desarrollo del sistema linfático. Estos genes defectuosos provocan que las partes del sistema linfático encargadas de drenar líquidos no se desarrollen adecuadamente o no funcionen como deberían.

El linfedema primario a menudo se presenta en varios miembros de una familia, aunque no todos los hijos nacidos de alguien con la afección la desarrollarán.

El linfedema derivado de estas afecciones puede aparecer en varias etapas de la vida:

– Infancia: Los bebés pueden nacer con la enfermedad de Milroy, una forma hereditaria de linfedema

– Pubertad, durante el embarazo o hasta los 35 años: La enfermedad de Meige (linfedema precoz) puede afectar a personas que atraviesan la pubertad o el embarazo y hasta los 35 años.

– Después de los 35 años: Un linfedema poco frecuente y de aparición tardía (linfedema tarda), que se manifiesta como hinchazón limitado a las piernas.

Linfedema secundario

El linfedema secundario se desarrolla en personas que inicialmente tienen un sistema linfático sin alteraciones, y que este posteriormente resulta dañado.

Puede tener diversas causas:

– Cirugía oncológica: esta es la causa más frecuente de linfedema secundario. En la cirugía oncológica, a menudo se extirpan los ganglios linfáticos regionales (linfadenectomía) o se realiza la disección de algunos de ellos para la estadificación de la enfermedad (Biopsia Selectiva de Ganglio Centinel, o BSGC) . Este tipo de cirugías puede resultar en un linfedema crónico, al alterarse el sistema de drenaje linfático.

Algunos de los cánceres más comunes donde esto ocurre son: cáncer de mama, cáncer de cabeza y cuello, cáncer de piel (melanoma), cánceres ginecológicos, como el cáncer de cuello uterino y el cáncer de vulva, cánceres genitourinarios, como el cáncer de próstata o el cáncer de pene, linfoma o cánceres avanzados.

– Cáncer. Cuando células cancerosas obstruyen los vasos linfáticos, esto puede llevar al desarrollo de linfedema. Por ejemplo, si un tumor crece cerca de un ganglio linfático o un vaso linfático, podría llegar a bloquear el flujo normal del linfa.

– Radioterapia en el tratamiento del cáncer. La radiación puede causar fibrosis e inflamación de los ganglios linfáticos o los vasos linfáticos. La radioterapia utiliza dosis controladas de alta energía (radiación) para destruir tejido canceroso, pero también puede dañar tejido sano, de manera que si realiza un tratamiento radioterápico, existe el riesgo de que el sistema linfático se dañe permanentemente y no pueda drenar líquido de forma adecuada.

– Infecciones: Una infección, como la celulitis, puede llegar a causar linfedema. La celulitis grave puede dañar el tejido alrededor del sistema linfático, causando fibrosis y un bloqueo del sistema linfático.

– Parásitos. En países en desarrollo en los trópicos, la causa más común de linfedema es la infección con parásitos filamentosos que obstruyen los ganglios linfáticos. La filariasis linfática es una enfermedad parasitaria causada por gusanos microscópicos y filamentosos, que se posicionan en el sistema linfático, provocando una obstrucción del mismo.

– Inflamación: Las condiciones médicas que provocan inflamación crónica, como la psoriasis y el eczema, también pueden dañar permanentemente el sistema linfático.

– Enfermedades del sistema venoso: Las enfermedades que afectan el flujo sanguíneo a través de las venas pueden causar linfedema, provocando un reflujo del líquido a los vasos linfáticos y favoreciendo que este se acumule en los tejidos. Algunas de estas enfermedades son las venas varicosas, o varices, y la TVP (Trombosis Venosa Profunda)

– Obesidad: La obesidad es otra posible causa de linfedema secundario. Las personas que tienen obesidad severa, tienen un mayor riesgo de desarrollar linfedema. En este caso podemos estar hablando del lipolinfedema:

El lipolinfedema se manifiesta cuando el lipedema, la obesidad y el linfedema coinciden simultáneamente. Este fenómeno se identifica comúnmente como etapa IV del lipedema, caracterizada por un exceso de tejido adiposo que ejerce presión sobre el sistema linfático, dando lugar a un linfedema secundario. Esta condición dificulta aún más el flujo del líquido linfático, generando una acumulación excesiva de líquido.

– Trauma y lesiones: En un pequeño número de casos, el linfedema puede ser causado por una lesión accidental en el sistema linfático.

– Inmovilidad: El movimiento y el ejercicio ayudan al drenaje linfático porque la actividad muscular que rodea los vasos linfáticos masajea el líquido hacia y a lo largo de ellos. Por lo tanto, la falta de movimiento puede derivar en linfedema porque el líquido en el sistema linfático no se mueve. Por ejemplo, las personas que tienen movilidad limitada durante un largo período de tiempo como resultado de una enfermedad, daño nervioso o artritis pueden estar en riesgo de linfedema.

– Cardiopatías: Las personas con problemas cardíacos, en particular insuficiencia cardíaca congestiva, pueden desarrollar linfedema. Los conductos linfáticos devuelven la linfa al corazón, de manera que en pacientes con insuficiencia cardiaca, se puede notar un aumento de peso o hinchazón de las piernas.

– Enfermedad renal: Los riñones se encargan de eliminar el exceso de líquido y las toxinas del organismo. Si los riñones no funcionan como deberían, el organismo puede tener problemas para eliminar líquidos. El exceso de líquido puede provocar una hinchazón que desemboque en un linfedema.

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